sábado, 15 de octubre de 2011

DECLARACIÓN POLÍTICA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA



La Célula Sótero Figueroa saluda la Declaración política del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, (PCV). En esta declaración política se tocan los aspectos relevantes tanto de la situación internacional como de la nacional.
A continuación transcribimos la Declaración política del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela.



Caracas, 17 y 18 de septiembre de 2011 Caracas, 17 y 18 de septiembre de 2011

DECLARACIÓN POLÍTICA

           El II Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), electo en el reciente y combativo 14º Congreso, sesionó en Caracas, el 17 y 18 de septiembre de 2011, examinando la situación política nacional e internacional, referenciada por la agudización de la lucha de clases y por la creciente responsabilidad de las fuerzas del progreso para que los avances revolucionarios se consoliden y profundicen.

Situación internacional

La dialéctica relación de contradicciones interimperialistas se encuentra en un momento en el que fortalecen sus alianzas ante objetivos comunes, incrementando su ofensiva contra los pueblos, en la búsqueda de salir de la profunda crisis del sistema capitalista mundial por la que transita desde 2008.
            El imperialismo a través de uno de sus instrumentos militares, la OTAN, con su nueva concepción estratégica, está materializando una de las alertas que el movimiento mundial de la paz estuvo haciendo desde hace cerca de diez años, sobre su intención de utilizarlo como mecanismo de imposición de su política y resguardo de sus intereses más allá de la zona del Atlántico Norte y la frontera con Europa del Este, ampliando su alcance a cualquier rincón de la tierra.
Están, además, utilizando nuevas tácticas de agresión a pueblos y sumisión de países, junto a los tradicionales mecanismos de subvertir y desestabilizar procesos y gobiernos que, siendo de carácter popular o no, se interpongan a sus intereses y necesidades de dominar mercados, riquezas naturales y fortalecer su posicionamiento y dominio geo-político. Para toda esta política de dominación, el imperialismo cuenta con la ONU como instancia de legitimación de sus agresiones.
El imperialismo y sus lacayos sionistas, despliegan una ofensiva estratégica para mantener y fortalecer su hegemonía en el Medio Oriente y en el Norte de África. Con tales propósitos, desarrollan una ofensiva de agresiones simultáneas, interviniendo en Libia, apoyando de todas las formas a una débil oposición y lanzando un criminal bombardeo masivo. Tratan de desestabilizar a los gobiernos de Siria e Irán, creando condiciones para una posible intervención militar. De igual modo, niegan el derecho inalienable del pueblo palestino a tener un Estado independiente y soberano, con las fronteras de 1967 y Jerusalén Oriental como capital; justa demanda a la que el PCV reitera su absoluto apoyo. Venezuela…
      Simultáneamente, el capital monopolista transnacional utiliza sus armas económico-financieras para recuperar sus tasas de ganancia, eliminando conquistas sociales y el derecho de los pueblos a una vida digna, a un trabajo estable y bien remunerado, a un sistema de seguridad social accesible para todos y todas, a un sistema de salud pública eficiente, a una educación gratuita y de calidad. Estas políticas son las que están enfrentando la clase obrera y los pueblos de Europa, en particular los de Grecia, Portugal, España, Irlanda, Italia y Francia.
       Los Partidos Comunistas y el sindicalismo clasista están en la primera línea de combate político y de masas, y cuentan con la solidaridad de los pueblos del mundo, porque nos sabemos parte de una misma lucha contra un enemigo común.
       En Latinoamérica y el Caribe, el imperialismo estadounidense sigue intentando retomar sus anteriores niveles de influencia, manteniendo sostenida, sistemática y multifacéticamente su contraofensiva a los distintos procesos democráticos y progresistas que están en desarrollo.
     Los esfuerzos de avanzar en proyectos de integración regional y subregional, como los casos de CELAC, ALBA y UNASUR, en los que el Gobierno venezolano, la Revolución Cubana y otros gobiernos progresistas han tenido un papel determinante, deben contar con el creciente apoyo y participación de las fuerzas políticas y sociales revolucionarias, con la claridad de que influyen en su seno las correlaciones de fuerzas en dependencia del carácter de clase de cada gobierno y los grados de influencia de la burguesía y del movimiento popular-revolucionario en cada país y en el continente.
       Las y los comunistas y el movimiento obrero y popular, tenemos gran responsabilidad en los procesos políticos que se desarrollan en Latinoamérica y el Caribe; por lo que debemos fortalecer las acciones de solidaridad y de unidad popular-revolucionaria frente a las amenazas imperialistas. En este contexto, son significativas las movilizaciones del estudiantado chileno junto a las y los trabajadores, con destacado papel del PC de Chile y sus Juventudes Comunistas, por reivindicaciones sectoriales y transformaciones políticas frente al gobierno derechista de Piñera y los rezagos del pinochetismo.

Situación nacional

Venezuela que es objetivo priorizado del imperialismo estadounidense,  concentrando sus esfuerzos para acabar con la experiencia popular que avanza en nuestro país. El imperialismo hace esfuerzos por crear una falsa imagen de autoritarismo y vinculación con lo que llaman narcoterrorismo, preparando las condiciones para justificar posibles acciones de intervención. El imperialismo está decidido a “salir” del Gobierno del presidente Hugo Chávez, de manera electoral o violenta, según la correlación interna de fuerzas y según se consolide la profundización política y económica del proceso revolucionario o la conciliación de clases.
      En este contexto, el movimiento obrero venezolano presenta algunos avances, mediante el fortalecimiento del sindicalismo clasista, el impulso de los Consejos de las y los Trabajadores y del movimiento por el Control Obrero, y la consolidación del movimiento de Delegados y Delegadas de Prevención. No obstante, hay que profundizar el combate contra las pretensiones de sectores del capital y de la burocracia estatal por subordinar a sus intereses las organizaciones de las y los trabajadores. Debemos redoblar la ofensiva de calle para lograr la aprobación este año de la nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo y de la Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras. Todo esto con el objetivo central de que la clase obrera y el pueblo trabajador se posicionen como vanguardia de la revolución venezolana e impongan su hegemonía para el verdadero rumbo socialista.
      La oposición, heterogénea y contradictoria, fundamentalmente dirigida por fuerzas proimperialistas, aprovecha el descontento en sectores populares ante graves problemas estructurales no resueltos, como la inseguridad, el desempleo, el alto costo de la vida, la corrupción, la impunidad, etc.; siendo una tarea de primera línea construir y aplicar correctivos, con las fuerzas político-sociales y todo el pueblo.
Debemos desenmascarar la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y sus supuestas primarias, porque representan los intereses políticos de los poderes económicos que dominan esas estructuras partidistas, para retomar sus privilegios, para abrirle las puertas al capital monopolista y a las transnacionales saqueadoras de las riquezas nacionales y expoliadoras de nuestro pueblo. Prueba de ello, es su propuesta ilegal, desestabilizadora y golpista de una llamada “Ley de Transición”.
      El PCV reafirma que es imprescindible impulsar una victoriosa y contundente ruta electoral para las elecciones de 2012 y 2013. Serán escenarios de batalla política, ideológica y de masas, para elevar la conciencia, organización y movilización del pueblo trabajador junto a su Partido, el PCV. Los espacios conquistados deben servir para buscar el mejoramiento de la situación de las y los trabajadores, pero, especialmente, como mecanismo de acumulación para producir la ruptura con el Estado burgués.
      El PCV reitera que el legítimo liderazgo y la enorme credibilidad del presidente Chávez –siendo el principal factor de unidad patriótica–, es y debe seguir siendo de gran importancia para la construcción de la dirección colectiva del proceso revolucionario, una dirección colectiva con la suficiente autoridad moral ante las masas para impulsar los correctivos actuales necesarios, ayudar a garantizar la continuidad y profundización de la revolución venezolana y abrirle cauce a su perspectiva socialista.
     Se visualiza un cuadro político, social y económico que tendrá características críticas en los años inmediatos por venir, producto de la agudización de las contradicciones de clase que se expresa en los proyectos de país enfrentados, no sólo con las históricas y claramente definidas fuerzas de la derecha proimperialista, sino también con los sectores reformistas y pseudo-socialistas que tienen significativa influencia a lo interno de las llamadas fuerzas del proceso.
     Tenemos por delante un año de combates definitorios para el desarrollo del proceso revolucionario venezolano. Así lo evaluó nuestro 14º Congreso cuando resaltó que “es una necesidad política la reelección del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías en la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, para dar continuidad a su accionar político en función de profundizar el carácter democrático, participativo y progresista que se desarrolla en la sociedad venezolana”. El Comité Central manifiesta, en correspondencia con esta Resolución, la necesidad de intercambiar directamente con el presidente Chávez sobre el conjunto de este escenario.
      En este marco referencial, cobra mayor vigencia el planteamiento que insistentemente ha expresado el PCV, con respecto a la necesidad de conformar el amplio frente nacional antiimperialista, y cuyas propuestas sobre lo que debe ser el denominado “Polo Patriótico” están sistematizadas en el documento “Unidad de las fuerzas patrióticas para profundizar la revolución” –dadas a conocer públicamente desde el pasado 11 de abril–, resaltando que, más allá del nombre, debe expresar realmente el instrumento que precisa en la actualidad la revolución venezolana, y que no sea únicamente un nuevo espacio de coordinación electoral, que conllevaría a consecuencias de mediano y largo plazo que muchos no ven todavía, pero que serían determinantes.
     El Partido Comunista de Venezuela está consciente de su papel, de su responsabilidad y de las esperanzas de millones de trabajadores y trabajadoras. Por eso, es una necesidad fortalecer al PCV como organización autónoma, crítica y propositiva; como fuerza movilizadora del pueblo para la profundización revolucionaria; como instrumento político de la clase obrera para que ésta se constituya en la vanguardia del Estado democrático, popular y revolucionario que debemos conquistar.

¡Trabajador, trabajadora: incorpórate al PCV, tu Partido!
¡Con la clase obrera y el pueblo trabajador para la toma del Poder!


II Pleno del Comité Central
Partido Comunista de Venezuela - PCV


Caracas, 17 y 18 de septiembre de 2011. 

domingo, 21 de agosto de 2011

UNIDAD DE LAS FUERZAS PATRIÓTICAS PARA PROFUNDIZAR LA REVOLUCIÓN



- Propuestas del PCV sobre el “Polo Patriótico” -


INTRODUCCIÓN


La independencia, la autodeterminación y el desarrollo soberano son principios por los que ha combatido nuestro pueblo a lo largo de más de 200 años, una heroica tradición de abnegación y sacrificio contra el coloniaje, la esclavitud, la servidumbre y toda forma de explotación. De estas experiencias invaluables nos nutrimos las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias venezolanas –especialmente las y los comunistas–, entre las que resalta la gesta internacionalista liberadora encabezada por Simón Bolívar, de la que también nos sentimos y sabemos continuadores.

El proceso revolucionario venezolano, íntimamente ligado a las luchas de Latinoamérica y el Caribe, ha transitado por diversas fases en las que el pueblo siempre ha sido combatiente protagónico, destacando el papel cumplido por organizaciones y dirigentes que con firmeza ofrendaron sus vidas en la resistencia contra la imposición de la Doctrina Monroe y su panamericanismo, ante la que levantaron –y seguimos reivindicando– las banderas latinoamericanistas de libertad, soberanía, autodeterminación y democracia.

La contradicción principal de Venezuela, para poder avanzar en el camino de su liberación definitiva, sigue siendo hoy la que expresa el enfrentamiento de los intereses de nuestra Nación con los del imperialismo, especialmente el estadounidense.

Esto ubica al imperialismo, y a los monopolios asociados a él en condiciones de dependencia, como el principal enemigo de la Revolución. Pero, al mismo tiempo, nos señala el amplio abanico de clases y capas sociales que tienen interés en los cambios planteados, especialmente la clase obrera, las masas trabajadoras del campo y la ciudad, estudiantes, pequeños y medianos propietarios, es decir, la inmensa mayoría del pueblo venezolano, los sectores que en mayor o menor medida son los oprimidos y explotados por el sistema capitalista, sostenido por el imperialismo y sus lacayos.

La necesidad histórica de construir un instrumento político amplio y unitario de las fuerzas revolucionarias y los sectores patrióticos organizados, para transitar en las mejores condiciones la fase nacional liberadora de la revolución venezolana, ha sido un planteamiento programático del PCV. Ya desde los tiempos del “Polo Patriótico” –con el que el pueblo venezolano logró la gran victoria de diciembre de 1998– presentamos la propuesta de que éste trascendiera su carácter electoral y sirviese de base para construir la expresión orgánica permanente de la alianza.

Nuestro XII Congreso (2006) constató los enormes perjuicios que la inexistencia de ese espacio estaba causando a la fase actual del proceso revolucionario, siendo cada elección una oportunidad desperdiciada para esto. Poco se ha avanzado desde entonces, y continuamos privados de instancias y mecanismos estables y eficaces de planificación, evaluación y control popular revolucionario, en que las distintas fuerzas, organizaciones e incluso individualidades que deberían aportar, tengan voz y presencia permanente en una estructura orgánica de dirección unitaria y colectiva. Tal carencia se ha mantenido, en buena medida, por la falta de conciencia sobre esta necesidad en la alta dirigencia del proceso, que ha tenido limitaciones para comprender el papel que le corresponde a cada clase y capa social, a sus Partidos, organizaciones y dirigentes, y el carácter de la actual fase histórica, actuando en ocasiones con espontaneismo y voluntarismo.

Esto ha llevado no sólo al peligroso retraso en el inicio de la construcción de la instancia de dirección  colectiva y unitaria que necesita la revolución venezolana, sino incluso al alejamiento innecesario de factores y fuerzas que objetivamente deberían integrar la alianza antiimperialista, pero que se han separado por no haber encontrado un espacio orgánico para el debate y confrontación de sus opiniones y contribuciones y para aportar a la construcción colectiva de la línea política del proceso.

Desde principios de este año, el camarada Hugo Chávez –quien ejerce el principal papel de liderazgo en la actual fase del proceso revolucionario venezolano–, ha propuesto el lanzamiento de lo que ha dado en llamar “Gran Polo Patriótico”. El PCV reitera su positiva opinión en cuanto a este llamamiento, que es una oportunidad para corregir la situación descrita, e insiste, que este espacio debe ser cualitativamente nuevo, como instancia político-organizativa unitaria y con dirección colectiva; dotado de una propuesta programática con claridad en cuanto a sus objetivos de corto, mediano y largo plazo; permanente y no coyuntural; con visión estratégica y no restringida al ámbito electoral; que estimule y promueva crítica y autocríticamente la discusión política e ideológica de fondo, para la elaboración y aplicación de políticas de Estado y de la gestión de gobierno; y, especialmente, se caracterice por una dinámica interna que exprese la unidad en la diversidad y favorezca la participación democrática de todas las corrientes, organizaciones, tendencias y factores políticos y sociales componentes de la alianza antiimperialista.

Las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias, que con diversos alcances, tiempos y maneras hemos sido y somos expresión política de la construcción revolucionaria que se lleva a cabo en nuestra patria, estamos comprometidas con la profundización del cambio social iniciado, con las transformaciones antiimperialistas, liberadoras y democrático-populares. Las y los comunistas concebimos este imprescindible espacio –más allá del nombre que adopte–, como un Frente Amplio Nacional Patriótico.

La perspectiva socialista

El PCV es consecuente con el legado de los fundadores del socialismo científico, cuando plasmaron que “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones.”. Por ello, expresamos claramente que al mismo tiempo que promovemos la formación de este Frente Amplio Nacional Patriótico (denominado “Polo Patriótico”), las fuerzas dentro de esa alianza que estamos histórica y objetivamente más consecuentemente comprometidas con la perspectiva socialista tenemos la tarea simultánea de ir construyendo el “Bloque Popular Revolucionario” (BPR), necesariamente circunscrito a quienes nos proponemos resolver la contradicción fundamental de la sociedad –entre el carácter cada vez más social de la producción y la apropiación privada del capital, mediante la completa derrota y abolición del sistema de explotación capitalista–, y que por lo tanto no puede incluir absolutamente a ninguna fracción burguesa ni a organización alguna que exprese sus intereses.

Pero este proceso de conformación del BPR debe hacerse sin promover rupturas en el Frente Amplio, sino como parte dialéctica de éste. Esto requiere habilidad política, claridad conceptual y constancia por parte de las y los revolucionarios, pues se trata de atender dos líneas de acción que deben avanzar simultáneamente –como ya expresó nuestro XIII Congreso Extraordinario (2007)– en dos planos organizativos diferentes: una orientada a la consolidación de la amplia coalición antiimperialista junto a algunos elementos, sectores y fracciones de la clase explotadora; la otra orientada al fortalecimiento, dentro de esa misma alianza, de los elementos, fracciones y sectores que buscan avanzar más allá del antiimperialismo, hacia la perspectiva marxista del socialismo y la abolición total de la explotación de clase.

Es responsabilidad del PCV y del conjunto de las fuerzas genuinamente comprometidas en la lucha  por la sociedad socialista, lograr que la clase obrera se constituya en el eje del BPR. Debemos defender los objetivos antiimperialistas y de liberación nacional, fortaleciendo al mismo tiempo las banderas clasistas y socialistas.

En consecuencia, se hace necesario abordar con flexibilidad dialéctica y habilidad política la construcción simultánea en dos niveles diferentes, uno más táctico y otro más estratégico. Y en todo momento debemos tener en cuenta que la actual fase del proceso, más allá de sus límites, problemas y dificultades, ha   constituido y constituye un escenario que abre oportunidades y posibilidades para avanzar. Es nuestra obligación aprovechar esta fase al máximo para acumular fuerzas a favor del movimiento popular y revolucionario, dentro de las condiciones reinantes, esforzándonos para que éstas se preserven y desarrollen mientras madura y se fortalece el Bloque Popular Revolucionario. 

PROGRAMA MÍNIMO


El Frente Amplio Nacional Patriótico (denominado “Polo Patriótico”) debe guiar su actuación en el marco de un Programa Mínimo, discutido y aprobado por todas las organizaciones, que permita adelantar las tareas políticas y económicas que demanda la fase de liberación nacional, basado en:

1. Avanzar en la construcción de un Estado Democrático Popular Revolucionario.

− Constituido por las fuerzas revolucionarias, democráticas y progresistas, teniendo como tarea central generar unas justas relaciones sociales, económicas y políticas, basadas en la soberanía nacional y en una economía democrática e independiente, al servicio del pueblo trabajador, para lo cual es necesario liquidar la dominación del imperialismo y de los monopolios locales.

− Este Estado debe ser la expresión institucional del Poder Popular, basado en la dirección política de la clase obrera, en alianza con las y los trabajadores en general, de la ciudad y del campo, y las capas sociales históricamente excluidas, desarrollando una auténtica democracia participativa.

− Se debe combatir –mediante el control social– con todas las herramientas necesarias: el burocratismo, la ineficiencia, el despilfarro, el nepotismo, el asistencialismo y la corrupción.

− Se debe garantizar el disfrute de los derechos y exigir el cumplimiento de los deberes a todas y todos los ciudadanos. Estimular el ejercicio de la crítica popular a través de las organizaciones políticas revolucionarias y de masas, para corregir los errores en la administración pública y la conducción del Estado. Las y los trabajadores deben estar incorporados de manera efectiva a las instancias de dirección del Estado, de la economía y de los servicios públicos.

− Despliegue de una amplia revolución cultural, que tenga como centro la ideología revolucionaria, y sustituya paulatinamente los valores de la moral burguesa.

− Mientras las elecciones –incluso en su modalidad de democracia representativa– sean una de las principales formas de lucha de masas, deben hacerse los mayores esfuerzos para lograr triunfos aplastantes, garantizando la marcha cohesionada, coherente y unitaria de las diversas fuerzas políticas y sociales revolucionarias, con una amplia política electoral, que reconozca las particularidades de cada organización.

2. Desarrollo planificado de la economía y de las fuerzas productivas, sobre la base soberana de su diversificación, modernización e industrialización.

− Sentar las bases de un nuevo modelo económico, productivo, soberano y justo, basado en un Sistema Nacional de Planificación, con participación directa de las y los trabajadores, desarrollando la industrialización con soberanía, para una economía diversificada, con alta capacidad productiva, estableciendo simultáneamente una agricultura sustentable, tecnificada y de gran productividad, al servicio del interés nacional y popular.

− Impulso de la socialización de la propiedad sobre los principales y fundamentales medios de producción y a formas de producción sustitutivas del capitalismo, con un nuevo modelo de gestión basado en el control obrero y social sobre la producción, administración y distribución de bienes y servicios.

− Garantizar el papel predominante del Estado en todos los aspectos de producción, tecnológicos, de comercialización y transporte en la industria pesada, mediana y ligera, y de las riquezas naturales, prohibiendo el capital imperialista y el de los monopolios a él asociados, manteniendo control estricto de capitales internacionales que se inviertan en aquellas industrias y ramas de la producción que expresamente se determinaren.

− Nacionalizar, con participación protagónica y control de las y los trabajadores, todo el sistema financiero y de comercio exterior, así como los monopolios de producción y comercialización de los productos de consumo masivo, y eliminar el latifundio, para garantizar el abastecimiento a la población, el control de los precios y la soberanía alimentaria.

− Impulsar un reordenamiento del país, a fin de adaptar la división político-territorial a las necesidades de la población, la economía y a los ejes y polos de desarrollo científicamente ubicados en el territorio nacional.

3. Lucha intransigente por los derechos integrales de las y los trabajadores y de todos los sectores sociales oprimidos y explotados por el capitalismo.

− Consolidar un Sistema de Seguridad Social universal, integral y eficiente, como servicio público no lucrativo, que garantice y asegure al pueblo protección en las diversas contingencias.

− Impulsar la formación de un Sistema único nacional de Salud, integrado al Sistema de Seguridad Social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad, y una industria nacional de producción de insumos para la salud.

− Impulsar una nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo, la Ley Especial de Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, el fortalecimiento del movimiento obrero y sindical clasista, y apoyo consecuente con la lucha por la defensa de la salud y la vida en los centros de trabajo, fortaleciendo el papel de las y los delegados de prevención.

− Reformar integralmente el sistema tributario, con eliminación del IVA, elevación del pago de impuestos de los grandes capitales y de las ganancias súbitas.

− Luchar para garantizar el incremento de la inversión social y la institucionalización y regularización de las Misiones que no constituyan asistencialismo, como programas de Estado en la administración pública nacional.

− Mantener la defensa irrestricta de los derechos de las y los trabajadores y de todo el pueblo, impulsando los procesos de concientización revolucionaria, organización autónoma y movilización.

− Garantizar los derechos de la juventud al estudio, al trabajo, al deporte, la cultura y a unavivienda digna.

− Crear las condiciones necesarias para cumplir y hacer realidad los justos anhelos por igualdad política, económica, social y jurídica de las mujeres.

4. Defensa irrestricta de la patria y de la Revolución ante los enemigos internos y externos.

− El Estado profundizará el desarrollo de una concepción integral de defensa de la Nación, promoviendo la formación, organización y movilización consciente de todo el pueblo, ante las amenazas intervencionista y de agresión imperialista.

− La Fuerza Armada Nacional, la Reserva Militar y las Milicias territoriales, estarán al servicio de los intereses populares y de las transformaciones económico-sociales del Estado Democrático Popular Revolucionario, garantizando la integridad territorial de la Nación y su soberanía.

− Impulsar que los medios de comunicación social estén al servicio de la formación cultural del pueblo, de la educación y del desarrollo independiente del país.

5. Unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños sobre la base de la igualdad, la solidaridad y el respeto mutuo, y la común defensa contra el imperialismo.

− Profundizar los procesos de unidad e integración en América Latina y el Caribe, sobre la base de la defensa eficaz de los intereses nacionales comunes de nuestros pueblos frente al poderío de las transnacionales y de las diversas agencias económicas del imperialismo, tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros.

− Impulsar el desarrollo de relaciones con todos los países y pueblos del mundo, sobre la base de la coexistencia pacífica, el respeto mutuo y la autodeterminación de los pueblos, con una activa política a favor de la paz mundial, del desarme y de la distensión internacional.

− Rechazo a las injerencias del imperialismo y el sionismo, y de sus cuerpos policiales, radicalizando la denuncia de esta política intervencionista que realiza a través de agencias como la USAID, la NED y supuestas ONGs en los asuntos internos del país.

− Desarrollar una activa política de solidaridad con los movimientos de liberación nacional y las luchas de los movimientos obreros y populares por sus justas reivindicaciones.

Desde el PCV entendemos que la consolidación de estos avances y su desarrollo ulterior en fases superiores de progreso económico, bienestar material, participación política, arraigo de los valores éticos, despliegue cultural, equidad e igualdad social, se encuentran condicionados a su vinculación orgánica con la construcción de la sociedad Socialista. La fase revolucionaria de liberación nacional tiene su razón de ser histórica en cuanto aporta las bases materiales y espirituales para avanzar en la transformación revolucionaria de la sociedad.


CARÁCTER


El Frente Amplio Nacional Patriótico (denominado “Polo Patriótico”) debe fundamentarse sobre la base del respeto a la autonomía e independencia de todas las organizaciones políticas y sociales que lo conformen, bajo el principio de unidad en la diversidad. Debe ser una instancia orgánica que permita coordinar los distintos y heterogéneos sectores patrióticos, para impulsar una política colectiva que oriente la lucha por la Revolución venezolana.

Debe constituirse como instancia unitaria y colectiva de articulación de las organizaciones del proceso revolucionario venezolano, enmarcado en el impulso de una doctrina integral de liberación y desarrollo soberano de la Nación y en la cual confluyan todos los partidos políticos y organizaciones de masas comprometidos con el proceso en curso en nuestro país, que asuman el Programa Mínimo.

Debe ser de carácter nacional, estadal y municipal, desarrollando sus actividades con base a una planificación nacional, contextualizándola en correspondencia con las realidades locales.

En todo espacio territorial se constituirá una amplia periferia de equipos que actúen en la realización de las tareas orientadas por cada Consejo Patriótico, para que estudie el Programa Mínimo y lo lleve a cabo, adaptándolo a las condiciones sociopolíticas de cada lugar y mediante las acciones que se prevean para este propósito.

OBJETIVOS

1. Impulsar la unidad de acción política de todas las fuerzas patrióticas comprometidas con las luchas antiimperialistas y de liberación nacional, a los fines de defender y profundizar la actual fase del proceso revolucionario, con miras a su desarrollo como dirección colectiva y unitaria de la Revolución venezolana.

2. Continuar la creación y fortaleciendo el Poder Popular, como expresión organizada de las fuerzas políticas y sociales revolucionarias del país.
3. Profundizar el papel protagónico de la clase obrera y de los trabajadores y trabajadoras, a través de la construcción y fortalecimiento de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras (CSTT), las organizaciones sindicales y el movimiento de las y los delegados de prevención.

4. Incidir en la superación del actual modelo rentista venezolano mediante el establecimiento de un nuevo modelo productivo.

5. Profundizar la formación político-ideológica, especialmente de la clase obrera.

ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

El Frente Amplio Nacional Patriótico (denominado “Polo Patriótico”) se organizaría en los niveles territoriales y sectores sociales fundamentales, con la representación de las organizaciones políticasy sociales que impulsan el proceso revolucionario. No podrán pertenecer a él, los enemigos de la revolución, la burguesía pro-imperialista, grandes hacendados o latifundistas, corruptos y cualquier elemento delincuencial.

El Consejo Patriótico Nacional constituirá el máximo organismo de coordinación. Sus decisiones serán tomadas por consenso entre todas las organizaciones representadas, y orientará y coordinará el trabajo a todos los niveles. Estará compuesto por representantes, designados de la siguiente manera:

− Dos (2) por cada partido político nacional.
− Dos (2) por cada Comité Sectorial Patriótico Nacional.

La representación de los Comités Sectoriales Patrióticos Nacionales será rotativa, cada tres (3) meses.

El Consejo Patriótico Nacional tendrá una Comisión Coordinadora, compuesta por un (1) representante de cada uno de los partidos políticos y un (1) representante de cada Comité Sectorial  Patriótico Nacional.

Los Consejos Patrióticos Estadales se constituirán a semejanza del nacional, cuyos representantes
serán designados de la siguiente manera:

− Dos (2) por cada partido político nacional.
− Dos (2) por cada partido político estadal.
− Dos (2) por cada Comité Sectorial Patriótico Estadal.

Cada Consejo Patriótico Estadal tendrá una Comisión Coordinadora, compuesta por un (1) representante de cada uno de los partidos políticos nacionales y estadales, y un (1) representante de cada Comité Sectorial Patriótico Estadal.

Los Consejos Patrióticos Municipales se constituirán a semejanza de los anteriores, con
representantes designados de la siguiente manera:

− Dos (2) por cada partido político nacional.
− Dos (2) por cada partido político estadal.
− Dos (2) por cada Comité Sectorial Patriótico Municipal.

Cada Consejo Patriótico Municipal tendrá una Comisión Coordinadora, compuesta por un (1) representante de cada uno de los partidos políticos nacionales y estadales, y un (1) representante de cada Comité Sectorial Patriótico Municipal.

Los Consejos Patrióticos Estadales y Municipales, desarrollan su actividad con base a la planificación y orientación que establezca el Consejo Patriótico Nacional. Cuentan con autonomía funcional y en el examen crítico y autocrítico de toda su realidad circundante en lo político, económico, social, cultural y de control de la gestión de gobierno.

En todos los niveles las decisiones serán tomadas por consenso de todas las organizaciones en cada nivel de Consejo Patriótico, Todas las organizaciones representadas actúan en igualdad de condiciones. Las cuestiones en las que no se logre el consenso, quedarán pendientes para continuar el debate hasta resolverlas, sin menoscabo del derecho de cada organización a adelantarlas individualmente.

Comités Sectoriales Patrióticos

Para tender a la creciente organización del pueblo, en sus diferentes y fundamentales sectores sociales, se construirán, de manera concertada y coordinada, Comités Sectoriales Patrióticos, a nivel de:

− Trabajadores y trabajadoras.
− Las y los campesinos y pescadores.
− Indígenas.
− Juventud.
− Mujeres.
− Profesionales e intelectuales orgánicos.
− Las y los pobladores.

Estos Comités Sectoriales Patrióticos –y otros que acuerde el Consejo Patriótico Nacional– se estructurarán con las organizaciones sociales y populares que activen en el sector social específico, y tendrán representación en el nivel territorial en el que actúen.

Cada Comité Sectorial Patriótico Nacional establecerá sus normas internas de funcionamiento y designará de su seno (en el nivel respectivo) sus representantes rotativos a los Consejos Patrióticos. 

La Coordinación de cada Comité Sectorial también será rotativa.

¡Por una nueva correlación de fuerzas popular-revolucionaria!
¡Unidad de las fuerzas patrióticas, para la profundización de la Revolución!
XLIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela - PCV
Caracas, 9 de abril de 2011.

sábado, 23 de julio de 2011

Observaciones al documento de la Línea Política esperando el documento final de la plenaria del XIV Congreso del PCV

La conferencia se instalo y funciono en conformidad con los estatutos del Partido Comunista de Venezuela y reglamento aprobado por el XXXI Pleno del Comité Central en la preparatoria del XIV Congreso. Se acordó elegir en consenso como delegado a la Conferencia Regional y La dirección de la Célula: DELEGADO ELECTO POR LA CONFERENCIA DE CÉLULA A LA CONFERENCIA REGIONAL Manuel Ángel Ojeda M con 11 años de militancia
Aspectos de la Instalación de la Conferencia de Célula "Sótero Figueroa" ¡POR UNA NUEVA CORRELACIÓN DE FUERZAS PARA PROFUNDIZAR LA LIBERACIÓN NACIONAL HACIA EL SOCIALISMO!
Posteriormente al análisis y los debates del PROYECTO DE LÍNEA POLÍTICA presentado por el Comité Central y de la Comisión de trabajo, la célula formalizo la siguiente resolución como aporte al proceso congrecional. RESOLUCIÓN: La conferencia resolvió advertir observaciones en el documento de la línea política a debatirse en el XIV congreso del PCV en los siguientes numerales; Numerales del documento de la línea política afectados, 1, 4, 8, 11, 21, 41, 42, 50, 63, 64,66,67. 1) Las históricas transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales que vive el mundo, están transversalizadas por dos grandes contradicciones: la fundamental entre trabajo y capital, que signa con mayor fuerza la época de transición del sistema capitalista al socialista; y la principal, entre humanidad e imperialismo, que plantea la lucha por la liberación nacional y el desarrollo independiente de los pueblos. En la actualidad Observamos el predominio de los intereses del imperialismo en las Naciones Unidas para transformarla en instrumento de su política exterior así como también el FMI, la OMC, el BM, la OEA, el BID, y alianzas militares como la OTAN. 4) Esa crisis reciente ha puesto de relieve algunos fenómenos que están en desarrollo desde hace algún tiempo. Uno de ellos es la creciente tensión entre los distintos polos imperialistas, particularmente entre el estadounidense y el europeo, y entre éstos y los polos emergentes o en expansión, como el Ruso y el Chino. Estas contradicciones inter-imperialistas crean una situación muy fluida, que oscila desde las alianzas flexibles entre todas estas potencias económicas para impulsar sus objetivos comunes de dominación mundial, a las confrontaciones momentáneas entre ellos cuando pugnan por el control de áreas o mercados de especial importancia, como ha ocurrido ya varias veces en torno a los recursos energéticos y las posiciones geopolíticas de Asia Central, que despiertan las ambiciones hegemónicas de Rusia, Europa y los Estados Unidos a la vez.
Conferencia de Célula "Sótero Figueroa" 8) Esto demuestra que continúa en todo el mundo la reactivación de los movimientos democráticos, progresistas y populares, tras el severo reflujo que sufrieron en los años 90 y principios del nuevo siglo, en el contexto de la derrota y posterior desmembramiento del bloque socialista, y la imposición por el imperialismo de la doctrina del “fin de la historia”. Debemos mencionar con especial satisfacción la recuperación sostenida que sigue experimentando el movimiento comunista internacional en todos los continentes. Pese a la persistencia del anticomunismo en diversos países, especialmente en Europa Central, se consolidan cada vez más los partidos comunistas y obreros del mundo, y se fortalecen y dinamizan sus diversos mecanismos de articulación. Son cada vez más frecuentes y productivos los encuentros entre nuestros partidos hermanos y los movimientos de liberación nacional, con respeto y reconocimiento de las distintas formas de lucha que corresponden a las realidades concretas de cada pueblo.
11) Una revolución de liberación nacional implica un proceso de ruptura de la dominación de los grandes poderes imperialistas sobre los países coloniales, semi-coloniales y dependientes en general; esta ruptura conlleva, entre otras conquistas, el rescate y fortalecimiento de la soberanía nacional, el establecimiento de un Estado nacional moderno y eficiente de carácter democrático-popular revolucionario, el desarrollo económico independiente, la industrialización masiva con progresivo desarrollo científico y tecnológico autónomo y productividad creciente, el logro de la soberanía agroalimentaria, y el establecimiento de las bases para el desarrollo pleno de la cultura nacional.
21) Las diversas iniciativas colectivas emprendidas por el gobierno, tales como los “Saraos” y “Saraítos”, “Núcleos de Desarrollo Endógeno”, “Fundos Zamoranos” y las llamadas “Empresas de Producción Social”, han sido, al menos hasta ahora, muy poco exitosas, como también lo han sido la mayoría de las numerosas cooperativas constituidas en el marco de las Misiones “Vuelvan Caras” y “Che Guevara”, y muchas de las pequeñas y medianas industrias que el gobierno ha apoyado. Y una nación que no produce lo que come, o sea, que no ha logrado asegurar su soberanía agroalimentaria, no es verdaderamente dueña de su destino.
21) Las diversas iniciativas colectivas emprendidas por el gobierno, tales como los “Saraos” y “Saraítos”, “Núcleos de Desarrollo Endógeno”, “Fundos Zamoranos” y las llamadas “Empresas de Producción Social”, han sido, al menos hasta ahora, muy poco exitosas, como también lo han sido la mayoría de las numerosas cooperativas constituidas en el marco de las Misiones “Vuelvan Caras” y “Che Guevara”, y muchas de las pequeñas y medianas industrias que el gobierno ha apoyado. Y una nación que no produce lo que come, que no ha logrado asegurar su soberanía agroalimentaria, no es verdaderamente dueña de su destino. Iniciativas enmarcadas en la concepción neoliberal que reproduce los niveles de dominación capitalista.
41) En la Venezuela actual ciertamente identificamos a una burguesía nacional no monopólica y no asociada ni dependiente del capital imperialista, cuyos intereses objetivos son compatibles con el incipiente proceso de liberación nacional que se lleva a cabo en el país. Pero tal fracción de la burguesía, hasta ahora, no incide de manera determinante en la realidad económica y social del país. De hecho, la mayoría de los escasos y no siempre exitosos desarrollos productivos de alguna envergadura que han ocurrido en años recientes, han correspondido a iniciativas del propio gobierno y no de esa poco pujante fracción burguesa. Y además, esa burguesía no ha demostrado en general, hasta los momentos, tener un compromiso cierto y consecuente con los intereses nacionales, más allá de si expresa simpatías con el actual proceso de cambios, se identifica con la oposición, o se abstiene de definir posición en la presente polarización política.
50) Somos testigos a menudo de decisiones, acciones y omisiones gubernamentales que, en correspondencia con el carácter de clase de los sectores que dirigen el proceso, no sólo no ayudan a fomentar y estimular la conciencia, los niveles de organización y la combatividad de la clase obrera, sino que, por el contrario, conducen a su debilitamiento y a su desmovilización. Ejemplos patentes de esto último son, entre otros: el hostigamiento, persecución y despido que han sufrido las y los trabajadores de empresas y entes del Estado cuando han intentado ejercer su derecho a la organización autónoma e independiente; la demora y el desgano con que han sido atendidos los reclamos de que se avance hacia la formalización de los Consejos Socialistas de Trabajadoras y Trabajadores como expresiones legítimas del Poder Popular; o el haber desaprovechado, a todo lo largo del período anterior de la Asamblea Nacional, una oportunidad excelente para aprobar una nueva y revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo y una Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadoras y Trabajadores. Las Juntas Interventoras de las empresas nacionalizadas, estatizadas o compradas por el Estado, son nombradas por el Ejecutivo Nacional y no son tomados en cuenta los trabajadores o las trabajadores de dichas empresas. 63) La esencia del Estado no ha sido alterada. Las modificaciones introducidas a partir de 1999, resultan intentos de democratizar el Estado burgués, ensayos para corregir los vicios y excesos burocráticos de éste y mejorar sus niveles de eficiencia, propósitos que están enmarcados en un proyecto reformista. La estructura impositiva del Estado descansa fundamentalmente en la reforma neoliberal del ministro Dr. Miguel Rodríguez durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez II que privilegia el Capital en detrimento del trabajo. En esta reforma, la rebaja de tarifas de 16% a favor de los grandes contribuyentes del ISLR produjo una pérdida fiscal, que para compensarla todavía se aplica hasta a los ciudadanos más pobres el 12% del IVA. Los pobres pagan la rebaja de tarifas de que disfrutan los ricos. El IVA es un impuesto neoliberal y viola el principio de progresividad del artículo 316 de la constitución, según el cual debe pagar más impuesto quien goce de mayores ingresos. Por otro lado, la Ley de ISLR protege al patrimonio de los empresarios de la inflación con el ajuste por inflación en detrimento del trabajo. Además, se financia a través del HCM a la totalidad de las clínicas privadas del país en detrimento del sector salud ya que estos recursos con los cuales se subvenciona a las clínicas privadas y a las compañías de seguros deberían ser aplicados al sistema de salud pública y a la seguridad social. Esto se debe, en buena medida, a que las fuerzas motrices del proceso iniciado en 1999 corresponden a un perfil clasista de fracciones de la pequeña burguesía, en alianza con sectores medios vinculados al funcionariado estatal incluyendo el estamento militar, y con la intelectualidad radicalizada. Tal bloque de clases, a menos que sea modificado bajo el influjo de un cambio en la correlación de fuerzas,carecerá de la vocación y el empuje necesarios para avanzar mucho más, y puede llegar a retrogradar y degenerar poniendo en peligro los avances democráticos y progresistas de la última década. 66) Pero la concepción que se ha impuesto desde el gobierno, aunque dice estimular y fomentar la participación protagónica del pueblo organizado, en la práctica somete al llamado “Poder Popular” a las decisiones y lineamientos emanados del Ejecutivo Nacional. Esto es el opuesto exacto de lo que deberá ocurrir en el Estado Democrático-Popular Revolucionario que proponemos. Nada avanzamos con denominar a los Ministerios del Ejecutivo Nacional como “del Poder Popular”, si en la realidad el pueblo organizado carece por completo de mecanismos para incidir efectivamente en la administración o contraloría de los entes de gobierno, y mucho menos para dirigir el aparato de Estado como debería ser. Por ejemplo la dependencia de los consejos comunales al ministerio de la comuna, como lo establece la Ley Orgánica de los Consejos Comunales en su artículo 57. ¡Por una nueva correlación de fuerzas para profundizar la liberación nacional hacia el socialismo!

EL PARTIDO DE NUEVO TIPO I

Con la intención de aportar al estudio y discusión de la militancia comunista y del pueblo trabajador, en el marco del 14º Congreso del PCV, Tribuna Popular inicia con la presente entrega la publicación del folleto de Gaspar Jorge García Galló (1906-1992), pedagogo, investigador y luchador revolucionario cubano.





I. INTRODUCCIÓN

LA CONCEPCIÓN LENINISTA DEL PARTIDO

LA TEORÍA ES EL RESULTADO DE UN DESARROLLO

Toda concepción científica es el resultado de un desarrollo histórico durante el cual se unen y enfrentan corrientes opuestas de pensamiento hasta que resulta triunfante aquella que refleja objetivamente las leyes del movimiento y la práctica social comprueba.

En relación con la concepción leninista del Partido de nuevo tipo, la afirmación que antecede queda avalada por un juicio que emitió en diciembre de 1961 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Ministro del Gobierno Revolucionario y Primer Secretario del Partido. En aquella ocasión nos dijo que:

El gran mérito de Lenin consiste en que toma el pensamiento de Marx, lo defiende contra todas las mixtificaciones, contra todos los revisionismos y los cambios que quisieron hacerle, y armado de la teoría, forma el Partido; lucha dentro del Partido contra todas las corrientes pequeño-burguesas, contra todas las corrientes no revolucionarias. Vencen dentro del Partido esas corrientes y con una teoría revolucionaria conquista el Poder.

El extraordinario mérito de Lenin –nos decía Fidel– ha sido el de haber interpretado cabalmente el pensamiento de Marx, haberlo llevado a la práctica y haberlo desarrollado en unas circunstancias nuevas, como son las de un Partido revolucionario en el poder. Su extraordinario mérito es el desarrollo de una teoría y un pensamiento extraordinariamente profundo…*

El análisis de los anteriores planteamientos nos lleva a la conclusión de que la concepción leninista del Partido no fue elaborada en una cierta fecha, ni fue el resultado inmediato de un determinado proceso aislado, sino la abstracción lógica de un desarrollo histórico durante el cual su autor, armado de los principios marxistas, interpretó las leyes que rigen la lucha de clases, fue organizando el instrumento idóneo para armar a la clase obrera en la batalla por la toma del poder, para lograr lo cual combatió sin tregua todas las corrientes políticas e ideológicas que se opusieran al logro de esos objetivos.

De esta breve introducción se deduce que para ofrecer un enfoque de la concepción leninista del Partido debemos guiarnos por la dialéctica de lo histórico y de lo lógico, es decir, debemos ir presentando los elementos que van a integrar dicha concepción en la medida en que ellos se fueron concretando, polémicamente, en la práctica social revolucionaria, cerrando el trabajo con la presentación de sus rasgos generales.



II. ANTECEDENTES DE LA CREACIÓN DEL PARTIDO OBRERO

El primer partido proletario de la historia fue la “Liga de los Comunistas”, fundada en 1847, cuyo Manifiesto, redactado por Carlos Marx y Federico Engels, apareció en 1848.

La Liga de los Comunistas se creó sobre la base de una primera organización de trabajadores alemanes residentes en Francia, Suiza e Inglaterra, llamada “Liga de los Justos” o de “los Justicieros”. Carlos Marx y Federico Engels fueron invitados a participar en ella, luego de algunas críticas que el primero hizo de cierto utopismo que prevalecía entre sus miembros. Aceptada su crítica se incorporaron a la Liga que, a principios de 1847, celebró su Primer Congreso, ya con el nombre de Liga de los Comunistas.

De esa reunión surgió una organización democrática y centralizada formada por comunas, círculos dirigentes, junta directiva y congreso. Los organismos de base fueron las comunas de tres miembros como mínimo y diez como máximo. Los objetivos de la Liga fueron: el derrocamiento de la burguesía; el triunfo del proletariado; la abolición de la sociedad antigua basada en el antagonismo de clases, y el establecimiento de la sociedad nueva, sin clases ni propiedad privada.

Al referirse a la significación de la Liga, Lenin expresó que «(…) fue quizás pequeña, pero fue un partido proletario de verdad».

Aquel primer partido obrero de la historia llegó a tener unos 300 miembros, pero tuvo que disolverse en 1852 entre otras razones, por el terror desatado después del fracaso revolucionario de 1848 [1].

Doce años después (1864) se creó la Asociación Internacional de Trabajadores o Primera Internacional. En su fundación tomaron parte activa Carlos Marx y Federico Engels. La Primera Internacional era una organización de frente único, pero Carlos Marx, que redactó su «Manifiesto inaugural», hizo constar que: «La conquista del poder político ha venido a ser (…) el gran deber de la clase obrera» y terminó el documento con la misma consigna de 1848: «¡Proletarios de todos los países: uníos!»

Las luchas de Marx y de Engels contra anarquistas, comunistas utópicos y otras corrientes abrieron el camino para definir la ideología de la clase obrera. En 1869 se fundó el Partido Socialdemócrata Alemán, dirigido por Lasalle [2], y se afilió a la Internacional.

En 1871 se produjo la Comuna de París, que fue la primera expresión de la dictadura del proletariado.

Cuando en 1872 se celebró el V Congreso de la Primera Internacional en La Haya, con la asistencia de representantes de quince países, las ideas de Marx y Engels quedaron establecidas como base de los principios ideológicos y orgánicos del partido proletario.

Después del V Congreso, la Primera Internacional trasladó su sede a los Estados Unidos, donde más tarde se disolvió.

Carlos Marx murió en 1883, cuando ya empezaba a reavivarse de nuevo el movimiento obrero. En esa década se organizaron partidos proletarios en casi toda Europa. En 1889 se fundó la Segunda Internacional. Federico Engels se esforzó por preparar a la clase obrera para la revolución socialista, pero murió en 1895, y el revisionismo [3], que ya venía incubándose en los partidos socialdemócratas, se avivó. Las tesis marxistas fueron engavetadas e interpretadas de modo oportunista. Los partidos de la Segunda Internacional se convirtieron en apéndices de sus fracciones parlamentarias.

Con el surgimiento del imperialismo se presentaron nuevos problemas a los trabajadores. Los partidos que los representaban no fueron capaces de afrontarlos a causa de sus limitaciones ideológicas y organizativas. Era necesario desarrollar en forma creativa la doctrina marxista en esas nuevas condiciones y esa tarea correspondió a Vladimir Ilich Ulianov, «Lenin».

Lenin estudió profundamente las ideas de Marx y Engels, las aplicó a las experiencias del movimiento obrero ruso e internacional y elaboró –a través de su intensa vida de revolucionario– las bases ideológicas y orgánicas del partido de nuevo tipo, sus normas y sus principios de dirección.



*Intervención en la Universidad Popular del Aire. (N. del A.)

[1] La revolución empezó en 1848 en Francia el 24 de Febrero, en Viena el 12 de marzo y en Berlín el 18 de marzo. Carlos Marx, expulsado de Bélgica en febrero, se trasladó a París. Después de la revolución de marzo marchó a Alemania. La contrarrevolución triunfante lo expulsó de este país en 1849. Marx fue primero a París, de donde también fue expulsado. Entonces se estableció en Londres, donde vivió hasta su muerte. (N. del E.)

[2] Fernando Lasalle (1825-1864): conocido socialista alemán, fundador de la Asociación General de Obreros Alemanes, que desempeñó un papel positivo en la tarea de transformar a los obreros «de un apéndice de la burguesía liberal» en un «partido político independiente» (Lenin). Al mismo tiempo, Lasalle y sus continuadores mantuvieron una posición oportunista en varias cuestiones políticas importantísimas, por lo que Marx y Engels lo criticaron duramente. (N. del E.)

[3] Revisionismo: tendencia que, titulándose marxista y pretendiendo corregir el marxismo, tergiversa o niega las tesis fundamentales de éste, a fin de convertirlo en una teoría aceptable para la burguesía e ineficaz para la lucha de los trabadores por la Revolución y el socialismo. Eduard Bernstein, miembro del Partido Socialdemócrata Alemán, puede considerarse el padre del revisionismo. El revisionismo contemporáneo adopta formas más sutiles que el de Bernstein. Se proclama partidario del marxismo-leninismo, pero trata de justificar la conciliación con el imperialismo. (N. del E.)



Continúa en el próximo Número de TP, con “La etapa de fundamentación ideológica del Partido”

EL PARTIDO DE NUEVO TIPO II

Con la intención de aportar al estudio y discusión de la militancia comunista y del pueblo trabajador, en el marco del 14º Congreso del PCV, Tribuna Popular continúa la publicación del folleto de Gaspar Jorge García Galló (1906-1992), pedagogo e investigador comunista cubano.




III. LA ETAPA DE FUNDAMENTACIÓN IDEOLÓGICA DEL PARTIDO

Los primeros grupos o círculos marxistas rusos se organizaron en la década del 80 del siglo XIX. Algunos de ellos en el extranjero, como el grupo «Emancipación del Trabajo» que dirigía Jorge Plejanov[4] en Suiza. Estos grupos hicieron un buen trabajo en el estudio y la divulgación de las ideas de Marx y Engels. Plejanov y sus compañeros combatieron las ideas políticas y económicas erróneas de los populistas o «amigos del pueblo», que menospreciaban el papel revolucionario del proletariado, situaban en primer plano al campesinado y, en sus métodos de lucha, no confiaban en las fuerzas de las masas y de su organización, sino en el valor de la acción directa y el papel de los héroes.

Cuando Lenin terminaba sus estudios del Gimnasio (bachillerato) se descubrió que su hermano Alejandro había participado en el proyecto de un atentado contra el zar. Alejandro pertenecía a la organización «Voluntad del Pueblo»[5]. Fue condenado a muerte. Su hermana Ana también estuvo detenida. Se cuenta que al comentar el método de los populistas, Volodia (Lenin) exclamó: «¡Ese no es el camino!».

Lenin, que había estudiado El Capital, libro que tenía su hermano, se adscribió al marxismo desde la adolescencia. En el año que estuvo en la Universidad de Kazán participó en el círculo que dirigía Fedoseiev. Después de ser expulsado de la Universidad laboró en otros círculos en Samara.

Aquellos primeros círculos o grupos hacían una buena labor clandestina de estudio y divulgación, pero no llegaron a vincularse con el movimiento obrero.

Cuando Lenin terminó sus estudios de Derecho, pasó a Petersburgo donde se dedicó fundamentalmente al trabajo revolucionario. En 1895 creó la «Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera», que agrupó a varios núcleos marxistas. A diferencia de los anteriores círculos la Unión se vinculó a las luchas proletarias, y de este modo surgió el primer germen del Partido obrero revolucionario en Rusia.

Otras uniones se crearon en distintas ciudades del país y Lenin empezó a ser conocido como uno de los marxistas más capaces.

Al retorno de un viaje que hizo Lenin al extranjero para ponerse de acuerdo con Plejanov y otros marxistas y organizar el Partido, fue detenido y encarcelado a fines de 1895. En 1897 se le celebró juicio y fue condenado al destierro en Siberia. Durante su prisión y destierro los nuevos dirigentes de la Unión de Lucha se desviaron hacia la línea política del “economismo”[6]. Ya en esa época Lenin había dado muy serias batallas contra los populistas[7] y contra los llamados «marxistas legales».

El primer intento para unificar las diversas organizaciones marxistas se realizó en 1898 en la ciudad de Minsk. Participaron en ese Congreso nueve delegados que fueron detenidos casi inmediatamente. No se pudo crear el Partido, ni acordar el Programa, los Estatutos, el centro único de dirección, ni el enlace entre los grupos y uniones existentes.

Desde el destierro seguía Lenin trabajando por la creación del Partido y desenmascarando la línea oportunista de los economistas.

Cuando en 1900 cumplió su condena salió al exilio, después de algunos contactos en Rusia, y logró convencer a otros marxistas de la necesidad de una labor previa de divulgación ideológica del marxismo, para lo cual era necesario fundar un periódico que cumpliera la doble función de definir la verdadera línea marxista y sirviera de enlace entre los grupos dispersos. Ese periódico fue Iskra (La Chispa)[8].

Lenin y otros camaradas de sus mismas ideas utilizaron las páginas de Iskra para esclarecer los fines y las tareas del Partido y deslindar los campos con los economistas; es decir, para que todos supieran qué tipo de Partido debía crearse. Uno de los artículos de Lenin se titulaba: «Por dónde empezar», cuyas ideas fundamentales desarrolló después en su famoso libro: ¿Qué hacer?[9].

Como en dichos materiales están contenidas las bases ideológico-teóricas del Partido de nuevo tipo, es necesario reseñarlas del modo más sintético posible.



Las bases ideológicas del Partido leninista son las siguientes:

a) La lucha de la clase obrera no se puede limitar al aspecto económico, pues si se limitara a ello dejaría en pie a los patronos y al gobierno que los representa, y condenaría a los obreros a una eterna esclavitud. La misión de la clase obrera es destruir el sistema capitalista y para ello hay que quitar del medio a su gobierno (en ese caso, el zarismo).

b) Negar el papel dirigente del Partido y ensalzar la espontaneidad del movimiento obrero, como pretenden los economistas, equivale a ir a la zaga de los acontecimientos (seguidismo) y desarmar a la clase obrera cuyos enemigos tienen sus Partidos, sus estados mayores. Eso equivale a traicionar al proletariado.

c) Rebajar el papel del elemento consciente, es decir, de la teoría, significa burlarse de la clase obrera, que tiende a la conciencia «como la planta a la luz»; es despreciar el arma mediante la cual el Partido se percata del presente y prevé el futuro; es hundirse en la charca del oportunismo, pues «sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario» (…) «sólo un Partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia».

d) Engañan a la clase obrera los que afirman que el movimiento espontáneo puede engendrar una ideología socialista. La ideología socialista brota de la ciencia. Los que niegan la necesidad de llevar la ideología socialista a la clase obrera, contribuyen así a que se infiltre la ideología burguesa porque no hay término medio entre ambas (no hay «tierra de nadie» en la ideología).

e) Los «economistas» o «economicistas» no aspiran a un Partido revolucionario, sino a un Partido de «reformas sociales», lo que significa el mantenimiento del capitalismo. Son oportunistas que traicionan los intereses fundamentales del proletariado.

f) El «economismo» no surge en Rusia por azar. Es vehículo de ideas burguesas en el movimiento obrero. Los «economistas» son aliados de los socialdemócratas de Europa –como Bernstein– que enarbolan la «libertad de crítica» y exigen la «revisión» de la teoría de Marx; ellos son los que renuncian a la revolución, al socialismo, a la dictadura del proletariado.



La batalla de Lenin contra el oportunismo «economicista» surtió efecto inmediato, pero la base ideológica que se desprendió de esa batalla ha quedado como uno de los elementos claves del Partido de nuevo tipo, por las siguientes razones:

- Desentrañó hasta sus últimas raíces la fuente ideológica del «oportunismo», que consiste en subordinarse a la espontaneidad del movimiento revolucionario y rebajar el papel de la conciencia socialista.

- Destacó la importancia de la teoría marxista como fuerza revolucionaria.

- Fundamentó una de las tesis claves del marxismo, que se expresa en la fusión del movimiento obrero con el socialismo, es decir, con la ciencia.

- Elaboró los fundamentos ideológicos del Partido.



En resumen, cuando se trata de explicar la esencia del Partido de nuevo tipo y se dice que es el destacamento de vanguardia, consciente, de la clase obrera, en el adjetivo consciente se está expresando que porta la teoría marxista, que se funda en la ciencia del socialismo, cuyos principios y leyes inculca a la clase obrera y, sobre la base de ellos, la conduce a la toma del poder y a la edificación de la sociedad comunista.

Lenin –también polemizando– estableció las bases orgánicas del Partido.



[4] Plejanov, Jorge Valentínovich (1856-1918): destacada personalidad del movimiento socialdemócrata ruso e internacional, teórico y propagandista del marxismo. Menchevique desde 1903. Al empezar la segunda guerra mundial adoptó una posición socialchovinista. (N. del E.)

[5] La voluntad del pueblo: sociedad política secreta de los populistas-terroristas, creada en 1879. Al mismo tiempo que defendían las posiciones del socialismo utópico populista, los miembros de La Voluntad del Pueblo emprendieron el camino de la lucha política, considerando como tarea más importante el derrocamiento de la autocracia y la conquista de la libertad política. Luchaban heroicamente contra esa autocracia, pero, partiendo de la errónea teoría de los héroes «activos» y la «multitud» pasiva, pensaban transformar la sociedad con sus propias fuerzas, sin la participación del pueblo, mediante el terror individual, la intimidación y la desorganización del gobierno. Después del 1 de marzo de 1881 (día en que dieron muerte al zar Alejandro II), el gobierno destruyó la sociedad mediante crueles persecuciones, ejecuciones y provocaciones. (N. del E.)

[6] Economismo: corriente oportunista existente en la socialdemocracia de Rusia a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los economistas opinaban que la lucha política contra el zarismo debía librarla, principalmente, la burguesía liberal, en tanto que los obreros debían limitarse a la lucha económica por mejorar las condiciones de trabajo, elevar los salarios, etc. Negaban el papel dirigente del Partido y la importancia de la teoría revolucionaria en el movimiento obrero, afirmando que este último debía desarrollarse exclusivamente por vía espontánea. (N. del E.)

[7] Populista: partidario del populismo, corriente político-ideológica surgida en Rusia en la década del 70 del siglo XIX. Los populistas eran demócratas pequeño-burgueses que luchaban contra la autocracia y por la abolición de la propiedad agraria terrateniente en Rusia. Se consideraban socialistas, pero eran adversarios de la única teoría científica del socialismo, la teoría marxista, que se asienta en las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad. (N. del E.)

[8] Iskra (la Chispa): primer periódico de los marxistas revolucionarios de Rusia, fundado por Lenin a fines de 1900. Aparecía en el extranjero y se difundía ilegalmente en Rusia. La Iskra leninista de los años 1900-1903 desempeñó un enorme papel histórico preparando la formación del Partido político independiente del proletariado de Rusia. En noviembre de 1903, poco después del II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, el periódico pasó a manos de los mencheviques. (N. del E.)

[9] ¿Qué hacer? material elaborado por Lenin en 1901 y principios de 1902 con el fin de preparar las condiciones para el II Congreso del POSDR. Se publicó en 1902 en Stuttgart. Este libro refutó la ideología oportunista de los «economistas» o «economicistas»; demostró sus raíces y sus fuentes correspondientes, consistentes en el sentimiento y la supeditación al movimiento espontáneo de los obreros y en rebajar el papel de la conciencia socialista; destacó la importancia de la teoría revolucionaria; estableció la tesis de que el Partido es la fusión del movimiento obrero con el socialismo, y sentó las bases ideológicas del Partido. (N. del A.)